miércoles, 17 de septiembre de 2014

SEPTIEMBRE 17, 2014

RICARDO ROMAN, EDUARDO HERRERA, VICTOR MANUEL BORJA, CRISPIN ROCHA, ALFONSO OLVERA, ROSY FERNÁNDEZ, ADELAIDA HERNÁNDEZ Y A GUILLERMO AGUIRRE FARIAS ANTES DE MORIR* Bronnie Ware pasó años trabajando en cuidados paliativos, (curativos) atendiendo a pacientes terminales en sus últimas 12 semanas de vida. Le impactó tanto que decidió contar su experiencia en un blog llamado Inspiration and Chai, donde reprodujo los últimos deseos de sus pacientes. El éxito fue tal que al poco tiempo lo plasmó en un controvertido libro titulado 'Los cinco mejores lamentos de los que van a morir'. Ninguna mención al sexo, tampoco les importaba irse sin haber probado experiencias vibrantes o no haber cumplido con otros clásicos como escribir un libro o plantar un árbol. Ware habla de la claridad y de la visión espectacular que tiene la gente al final de sus vidas, y cómo podemos aprender de su sabiduría. "Cuando les preguntaba de qué se arrepentían o si hubieran hecho algo de manera diferente, casi siempre me respondían lo mismo". "La lista era larga, pero en el libro traté de centrarme en los cinco más comunes", explica la autora. Estas son las "confesiones sinceras y reales de las personas que cuidé en su lecho de muerte". 1. Ojala hubiera vivido a mi manera Muchos se quejaban de no haber tenido el coraje de vivir una vida fiel a sí mismos, sino a lo que los demás esperan de ellos. "Cuando se dan cuenta que su vida está a punto de terminar y miran hacia atrás, es fácil ver cuántos sueños se han quedado en el camino. La mayoría no había cumplido aún ni la mitad de sus sueños y tenía que morir sabiendo que era debido a las decisiones que habían tomado". 2. Ojala no hubiera trabajado tan duro Ware afirma que ésta era la frase más repetida por los pacientes de sexo masculino. Casi todos los hombres que cuidó sufrían por haberse perdido la infancia de sus hijos, la juventud de sus hijos y lamentaban no haber disfrutado más de la compañía de su pareja. Sentían que habían malgastado tanto sus vidas. Comprendieron tarde que no se debe basar la existencia en el trabajo." 3. Ojala hubiera tenido el coraje de expresar mis sentimientos A menudo las personas renuncian a sus sueños e ideales por el bien de los demás. Ocultan sus sentimientos con el fin de mantener la paz de su entorno. Como resultado, se conforman con una existencia mediocre y nunca llegan a ser lo que en realidad quieren ser o lo que realmente son capaces de hacer. "El origen de muchas enfermedades tiene relación con la amargura, la frustración y el resentimiento que esto conlleva", explica Ware. 4. Ojala hubiera mantenido el contacto con mis amigos "Casi todos se acordaban de sus viejos amigos y recordaban con pesar los mejores momentos vividos a su lado, lamentando no haber sido capaces de mantener esa amistad con el paso de los años. Querían despedirse de ellos, pero no siempre fue posible localizarlos“. A veces nos sentimos tan absorbidos por nuestras propias vidas, que es como si estuviéramos atrapados y renunciamos a uno de los mayores tesoros de la vida, la amistad. He sido testigo de la profunda pena y arrepentimiento que esto ha ocasionado a mis pacientes, les atormentaba no haber dedicado a sus verdaderos amigos el tiempo y esfuerzo que merecían. Todo el mundo echa de menos a sus amigos cuando se están muriendo". 5. No he sabido ser feliz Otra revelación sorprendente: muchos de los pacientes no se dan cuenta hasta el final de sus vidas de que la felicidad es una elección. Se quedan atascados en viejos patrones y hábitos. El llamado 'confort de familiaridad' interfiere con su salud emocional. Por eso insisto que uno de los principios claves para la vida es entender que lo único que necesito para ser feliz es una actitud agradecida ante la vida. La queja es un imán para la desgracia. Nos quejamos tanto de lo poco que nos hace falta que dejamos de agradecer lo mucho que tenemos. Es fácil agradecer cuando las cosas están bien. ¡Por supuesto!, cualquiera lo hace. Pero, la verdadera gratuidad se forja cuando las cosas están complicadas. El miedo al cambio les lleva a pensar que están contentos con lo que tienen, cuando en el fondo anhelaban hacer otras cosas, como reírse más y hacer tonterías“. Ware.

martes, 16 de septiembre de 2014

SEPTIEMBRE 16, 2014

RAFAEL LUIS LAFFITTE, ROGELIO MARTINEZ, JAVIER TERRAZAS, MANUEL VILLALOBOS, ALFREDO PEÑA OROZCO, ALFONSO LEÑERO, CESAR PEÑALOZA Y AL ING. ARTURO ORTEGA MORÁN. CAPSULA DE LENGUA 296, El grito El 2 de octubre tendría que esperar otro momento de la historia para ser inolvidable. La conjura había sido descubierta y había que actuar de inmediato. Ya no sería en San Juan de los Lagos como estaba previsto. Ahí mismo donde residía, en Dolores, la madrugada del 16 de septiembre de 1810, el cura Hidalgo hizo resonar las campanas de la iglesia para llamar al pueblo a tomar las armas e iniciar la lucha por la independencia. A este evento de la historia de México, se le conoce como El Grito de Independencia. Esta remembranza, nos da pretexto para revivir una historia más antigua, la que dio origen a la palabra grito: Viajemos con la imaginación a los legendarios orígenes del Imperio Romano, cuando Rómulo, uno de los gemelos que creció al amparo de una loba, hizo la fundación de Roma. Fundar una ciudad no es fácil, muchos problemas hay que resolver y uno que quitaba el sueña a Rómulo, era que andaban escasos de mujeres. Eso no era bueno para una ciudad que aspiraba a convertirse en un imperio. En un momento de inspiración, pensó: “si aquí faltan mujeres, vamos a traerlas de donde sí hay”. Entonces se le ocurrió organizar unos juegos e invitar a los pueblos vecinos, eso daría oportunidad a los jóvenes romanos de entablar relaciones “amistosas” con las chicas visitantes, lo demás, se daría por añadidura. Los sabinos, que al parecer eran medio conchuditos, aceptaron la invitación romana y llegaron con ancianos, mujeres, niños y hasta perros, pericos y gatos (bueno, eso ya fue de mi cosecha). La bebida era por cuenta de los anfitriones, así que no era oportunidad para ser desaprovechada; ni tardos ni perezosos, los sabinos se entregaron a los deleites bacanales hasta que, como era de esperarse, se pusieron “hasta atrás”. Mientras tanto, los jóvenes romanos fueron a lo suyo y tanto se aplicaron que hasta los más feos se conchabaron a una sabina. En cierto punto, cuando ya todo era calma y ronquidos, se dijeron entre sí “aquí se rompió una taza, que cada quien cargue a su sabina y se vaya para su casa”. A este episodio se le conoce como “El rapto de las sabinas” y hay quien asegura que de este momento, nació la costumbre de que el recién casado entre a casa con la esposa en brazos, como si la hubiera raptado. El caso es que, cuando los sabinos volvieron a la cruda realidad, enojados y con dolor de cabeza, se aprestaron para lavar la afrenta; pero cuentan las viejas crónicas, que las sabinas raptadas, al ver que no la pasaban tan mal, se interpusieron entre los dos bandos e intercedieron para que las cosas no llegaran a mayores. Mucha historia se ha escrito por la intervención oportuna y persuasiva de las damas y este es un ejemplo más. Los ánimos se apaciguaron y Rómulo se dio un abrazo con Tacio, rey de los sabinos. Los pueblos se unieron y ambos reinaron en armonía mientras se pudo. A partir de este evento, a Rómulo se le conoció como Quirino, que en lengua sabina quiere decir ´el de la lanza´, y a los ciudadanos romanos los llamaron quirites, como decir ´los de Quirino´. Cuando alguna amenaza inquietaba a los sabinos, éstos de inmediato solicitaban la protección de los ciudadanos romanos gritando “¡Quirites, quirites!” y estos acudían al llamado, – ¿a poco creían que las sabinas les iban a salir gratis?- Por eso a este clamor se le llamó “quiritor”, palabra que con el tiempo… en castellano se convirtió en nuestra palabra ´grito´. Hoy, 16 de septiembre, que siga la fiesta, brindemos por nuestra independencia y ya entrados, brindemos también por el grito, que bien se lo merece una palabra tan llena de historia.

lunes, 15 de septiembre de 2014

SEPTIEMBRE 15, 2014

OMAR PERALES, JUAN ERNESTO MEDINA, ESTHELA ANN GROSSA, PAO APARICIO, JULIO CESAR SAUCEDA, FRANCISCO GUTIERREZ Y A MARISA NORMA VARGAS Hoy, México celebrará los 204 años de su célebre Grito de Independencia. Sin embargo, muchos intelectuales e historiadores aseguran que en realidad no fue un grito como tal, tampoco fue un día 15 ni buscaba realmente la independencia del país. No se sabe si realmente Hidalgo arengó a pleno pulmón al pueblo de Dolores para que se sublevaran contra el Virreinato de la Nueva España. "En aquella época, 'grito' se entendía como "convocatoria" para dar algún tipo de aviso parroquial. Y era frecuente que los sacerdotes dieran estos gritos en distintos lugares frente a la parroquia", explica el historiador Alejandro Rosas autor del libro 'Mitos de la Historia Mexicana'. Sin embargo, la razón por la cual este levantamiento se celebra ahora un día antes sigue siendo motivo de discrepancia. "Desde la década de 1840, el grito se celebra el día 15, ya que el 16 iniciaba sesiones el Congreso. Con esta modificación se quería evitar que ambos actos cívicos coincidieran en un mismo día", cuenta Rosas. Según el filósofo mexicano Jaime Labastida, "probablemente" Díaz (nacido en Oaxaca un 15 de septiembre) quiso adelantar el grito para tener una fiesta de cumpleaños digna de los llamados héroes de independencia. "Prácticamente se tiene certeza de que lo que gritó Hidalgo fue "muera el mal gobierno", en referencia a los franceses, que por aquella época tenían invadida España, "viva Fernando VII" y, por último, "viva la santa religión", cuenta Alejandro Rosas. "La idea del grito actual es recordar a los héroes que iniciaron la guerra de independencia, pero cada presidente va acomodando el grito a sus circunstancias". "Por ejemplo, Vicente Fox gritó 'Viva la democracia', y Luis Echevarría dijo 'Vivan los pueblos del Tercer Mundo'". "Hidalgo realmente buscaba más libertad para los criollos de la Nueva España. Pero lo que sí hizo fue dar el primer paso (para una futura independencia), herir de muerte al Virreinato". Cada año se mantienen los actuales cantos en la plaza más famosa de la ciudad de México, porque durante décadas han servido y servirán para construir o afianzar el sentimiento de unidad nacional. En Chilpancingo, 14 de septiembre de 1813 se firma el documento (Sentimientos de la Nación) por José María Morelos. Y que en el Punto 23º dice. Que igualmente se solemnice el día 16 de Septiembre, todos los años, como el día aniversario en que se levantó la voz de la Independencia y nuestra santa libertad comenzó, pues en ese día fue en el que se abrieron los labios de la Nación Para reclamar sus derechos, y empuñó la espada para ser oída, recordando siempre el mérito del grande héroe el señor Don Miguel Hidalgo y su compañero Don Ignacio Allende..." AMIGOS, UNÁMONOS Y GOCEMOS NUESTRO GRITO DE INDEPENDENCIA ESTA NOCHE