viernes, 20 de marzo de 2015

MARZO 20, 2015

CORAZON PARTIDO Soy una mujer de 31 años con una hija de 8, mi esposo es una persona muy singular y le gusta estar solo aún en la casa aunque esté su hija y yo ahí con él, eso me irrita, me desilusiona y me hace buscar algo o alguien que me llene ese hueco. Hace ya varias semanas que conocí a ese alguien que me hace sentir diferente me hace vibrar y al solo verlo me apasiona y no me deja dormir pues todo el tiempo estoy pensando en él. Yo sé que hago mal pero mi vida junto a mi pareja se está haciendo muy tediosa a pesar de que mi hija y mis padres me entregan todo su amor. Él ha sido un poco irresponsable con los gastos de la casa, tan es así que yo trabajo para meter dinero también y es, en ese lapso donde conocí a ese alguien. Ahora estoy enmarañada y no sé qué camino tomar es por eso que acudo a usted para recibir un buen consejo. Mi querida complicada, compleja: El valor familiar vale más que cualquier otra cosa, la pareja debe luchar en mantenerla lo más unida posible (la unión hace la fuerza) y sobretodo como mujer pues es el pilar para que su familia esté más fuerte y armonizada ante estos embates de la vida que en estos tiempos parece que todo tiende a la desunión en todos los caminos. Pero si tu caso es ya dar por terminada esa relación, pues comunícate con tu pareja y dile lo que está sucediendo y por lo que estás pasando a lo mejor encuentran un camino diferente al de la infidelidad. Mucha suerte. Pequeña reflexión de Joost Scharrenberg Un hombre que pasaba por delante de una tienda, vio que vendían allí 2 loros, encerrados en la misma jaula. Uno era muy bonito y cantaba estupendamente, mientras que el otro estaba en un estado lastimoso y permanecía mudo. El primero valía cincuenta yens y el segundo tres mil. El hombre, asombrado por la diferencia de precio, le dijo al comerciante: ¡Déme el loro de cincuenta yens! Imposible, señor – respondió el vendedor. No puedo vender por separado los pajaros ¿Pero .. por que? ¿Cómo explica usted semejante diferencia de precio? pues el más feo cuesta infinitamente más que el más bonito y además no canta. Eso es absurdo. ¡Ah, no se equivoque usted, señor! El loro que encuentra usted feo es el compositor. Moraleja: Vivimos a menudo en la apariencia. Detrás de ésta se halla el Ser (que es poco visible), el loro compositor. Sonrisitas para viernes. Espero su calificación. Hijo, tienes clase. Ya lo sé mamá, soy un caballero. Tienes clase a las 7 tonto. Ya levántate Perdón por no contestar, es que tenía mi celular en modo "no es cuando tú quieras" - Mariano, parece que quieres más al perro que a mí. - Que no, a los dos los quiero igual. Mi amor, te traje la lámpara de Aladino vacía. Y para que la quiero vacía dice la esposa Pare que guardes tu genio histérica -Hija, deja de ligar con el panadero, podría ser tu padre. -Me da igual que sea mayor que yo. -Creo que no me has entendido. Ya hace 18 meses que no hablo con ella... Es que no me gusta interrumpirla...

martes, 17 de marzo de 2015

MARZO 17, 2015

CÁPSULA: ATARANTADOS, POR ARTURO ORTEGA MORÁN Los baches no son un mal propio de este tiempo ni de este lugar, crónicas antiguas ya registran quejas de viajeros que transitaban por caminos llenos de estos hoyos callejeros. Con estas palabras expresó Juan Valera su molestia a principios del siglo XIX: “Ha venido el deshielo a poner las calles en un estado lastimoso. A pie no se puede salir, a no querer nadar en un fango negro y nada aromático; y en coche va uno como picado por la tarántula, dando brincos y haciendo contorsiones horribles, con el traqueteo y los sacudimientos que causan los baches en el que se hunden los carruajes. Las ruedas hacen subir el lodo hasta las nubes y le salpican a uno miserablemente, embadurnándole la cara y convirtiéndole en un etíope, si se descuida un poco”. De esta narración valeriana, hay una historia que se guarda en el colorido comentario “va uno como picado por la tarántula”… Todo empieza en una remota antigüedad, cuando los griegos fundaron una colonia en las costas del Mediterráneo, en el sur de la península Itálica. A esa población la llamaron Taras, que al paso del tiempo pasó a ser Taranto y aún Tarento. En esta región, abundaba una arañota peluda que por ser de la región de Taranto, fue llamada tarántula. Aunque la picadura de este bicho no es mortal, quien tenía la desdicha de recibirla quedaba un poco o un mucho aturdido y para dejar bien clara la causa, se decía que estaba atarantado. Eso fue al principio, porque ahora el mundo está lleno de atarantados y de esto no tienen ninguna culpa las tarántulas. Esta historia también dejó huella en la música y es que había la creencia de que, para curar a los atarantados, estos deberían bailar al ritmo de una música frenética y, ¡santo remedio!, sudarían el veneno y recuperarían la lucidez. De ahí quedó que a ese tipo de piezas musicales, de ritmo intenso, las llamaran tarantelas. Lástima que haya sido solo una ilusión, de haber sido un real remedio, hoy tendríamos ejércitos de atarantados zapateando estas tarantelas en busca de la cura milagrosa.