jueves, 23 de enero de 2014

ENERO 21, 2014

FELICITACIÓN A LA PROFESORA TERESITA ZAPATA TORRES CUMPLE AÑOS (TAMAULIPAS), SALUDOS A EDUARDO SORIANO, HUGO AYALA, IVÁN CAMPA, JOSÉ SÁNCHEZ PERALES, EDGAR CABRERA, Y A GUILLERMO AVILES, ARTURO ORTEGA MORAN. CAPSULA DE LENGUA 268, ¡YA NO PONGAS GORRO! Para encarar a alguien que no deja de molestar, en el lenguaje coloquial contamos con un amplio catálogo de frases. Algunas suaves como “¡No seas latoso!” y otras más rudas como ¡Ya deja de estar chiflando!, bueno, no es precisamente chiflando, pero es una que se parece… En tierras norteñas y quizá también en otros puntos cardinales, una muy utilizada es “¡Ya deja de poner gorro!”, expresión de la que hoy trataremos de encontrar su origen. Esta frase tan mexicana, de uso coloquial, tiene antecedentes en el antiguo y ya desaparecido verbo “engorrar”, que allá por el siglo XV(Quince), significó “tardar”. Juan de Mena, escritor español que vivió en la primera mitad de dicho siglo, de este verbo escribió lo siguiente: “Engorrar: es Tardarse. Díjose de unas gorras coloradas que se usaban en que cabía media fanega (porción) de trigo: y como traían entonces gran cabello, tardaban una hora en peinarse, y después ponían una escofia sobre los cabellos, y sobre ella un gran paño de tocar, y luego aquella gorra”. O sea que engorrarse era ponerse la gorra y, como tardaban mucho, “engorrarse” pasó a significar “tardarse”. Luego, como la tardanza siempre ha sido causa de molestia, no fue raro que de “engorrar” naciera el término “engorroso” para referirse a algo que molesta o que obstaculiza. De “engorroso”, en el lenguaje coloquial se dijo “gorroso”, y en México fuimos más allá en las conclusiones y pensamos que un “gorroso” era el que “ponía gorro”. Así que cuando alguien nos molesta, en tierras norteñas y quizá también en otros puntos cardinales, nos sale muy natural decirle “¡Ya no pongas gorro!”.

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