martes, 8 de abril de 2014

ABRIL 8, 2014

FELICITACION A MI QUERIDO AMIGO EL ING. ARTURO ORTEGA MORÁN (MONT) POR SU CUMPLEAÑOS, MARTHA VELAZQUEZ, EDUARDO SORIANO, CÉSAR VARELA, ANTONIO ROJERO, NANCY LOVATO, OLGA MIRÓN SERRA Y A GUSTAVO LUJÁN MARTÍNEZ CAPSULA DE LENGUA 278, LA INMORTALIDAD DEL CANGREJO Hay momentos en que ideas inquietantes nos atrapan, nos confunden y nos desconectan de lo que ocurre a nuestro alrededor. La vista perdida y quizá la boca abierta, hacen que los demás noten nuestro estado y digan de nosotros que estamos pensando en la inmortalidad del cangrejo. Lo cierto es que, en esos estados de ausencia, podemos estar pensando en cualquier cosa menos en la “dizque” inmortalidad de este crustáceo de diez patas; y eso da paso a la pregunta: ¿de dónde surgió tan enigmática expresión? De la antigua raíz *kar, que encierra el concepto de dureza, para nombrar a este bicho de caparazón duro en griego se dijo “karkino” y en latín “cancer”, que en castellano pasó a ser cangrejo, aunque hemos conservado la palabra latina “cáncer” para nombrar a esos malignos tumores que parecen tener patas y que en su forma recuerdan al crustáceo. También es nombre de una constelación, un grupo de estrellas que a los antiguos les recordó la misma forma. Pero volvamos con el cangrejo: de estos animalitos hay cerca de 4000 especies, cuyos tamaños varían desde tiernas miniaturas hasta monstruosos cangrejos marinos que llegan a pesar 20 kilos y alcanzar una extensión de hasta cuatro metros. La creencia popular da por hecho que los cangrejos caminan hacia atrás y por eso se han acuñado frases como “ir para atrás como el cangrejo”, que se dice cuando la situación de una persona, empresa o proyecto va de mal en peor. Aunque en realidad ellos caminan de ladito, ¡ah!, pero eso sí, con mucho estilo. En su proceso normal de crecimiento, estas criaturas, cuando ya no caben en su armadura, literalmente se la quitan para formarse otra a la medida. Esta cualidad generó la creencia de que, cada que lo hacían, volvían a renacer y eso los hacía candidatos idóneos para la inmortalidad. Después, algún “genio” del que ya se ha perdido memoria, se jactaría de haber descubierto el secreto de la vida eterna del cangrejo al llegar a la siguiente conclusión: “Si lo normal es que caminando hacia adelante nos hacemos viejos, entonces caminando hacia atrás podríamos engañar al tiempo y mantenernos eternamente jóvenes, así como lo hace el cangrejo”. ¡Vaya!, como si la vida fuera una película a la que podemos darle “rewind”. Tan antigua es esta ridícula idea, que Shakespeare la usó en Hamlet. En dicha obra, en un diálogo con Polonio, reflexionando sobre la vejez Hamlet le dice: "...porque al fin, vos seríais sin duda tan joven como yo, si os fuera posible andar hacia atrás como el cangrejo". Desde luego que esta afirmación ha "sacado de onda" a más de uno a través de los siglos y, como cualquier idea que llena de nudos el entendimiento, a quien se ha enredado en ella lo deja con la vista perdida, la boca abierta y hasta puede que por ahí una baba escurriendo. De ahí ha quedado que, de quien está en tal estado, se diga que está pensando en la inmortalidad del cangrejo.

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