martes, 2 de diciembre de 2014
DICIEMBRE 2, 2014
CÁPSULA DE LENGUA
¿Usted sabe por qué a quien tachamos de tonto, le decimos que es un tarugo?
Cuando en México te dicen que eres un tarugo, ¡preocúpate! Piensan de ti que eres un tonto y que tus acciones no son sino “tarugadas”.
En el diccionario ya se registra esta acepción pero, con elegancia, de un tarugo se dice que es: “una persona de rudo entendimiento”.
¡Qué curioso! En su origen, un tarugo era un clavo grueso de madera que se usaba para ensamblar puertas u otros objetos de madera. Después, se llamo así a cualquier trozo grueso de este material.
Por otro lado, antes de que la tecnología desarrollara accesorios para mantener abierta una puerta o una ventana; era muy natural atorarlas con un trozo de madera, es decir, con un tarugo, que siempre era fácil de conseguir. ¡Y ahí estaba el pobre tarugo!, sin derecho a protestar, sosteniendo a puertas y ventanas. No fue raro entonces, que cuando alguien se sentía víctima de un abuso, dijese “ya me agarraste de tu tarugo”; y quien se sometía sin protestar, era un tonto que automáticamente pasaba a ser un tarugo.
Con el tiempo, los tarugos de madera se han olvidado y ahora aún los hay en abundancia pero… de carne y hueso.
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