miércoles, 16 de diciembre de 2015

DICIEMBRE 14, 2015

ENVIAMOS NUESTRO MAS SENTIDO PESAME A CHARITO, ANA PAULA, SEBASTIAN Y JERONIMO DE CARCER Y A TODA LA FAMILIA POR EL SENSIBLE FALLECIMIENTO DE NUESTRO QUERIDO AMIGO CARLOS DE CARCER Y BALLESCÁ DIOS LO TENGA EN LA GLORIA. La muerte no se supera, se abraza No en vano dicen que en esta vida todo tiene solución menos la muerte. Cuando un ser que amamos profundamente muere, sentimos un dolor que nos traspasa el alma y nuestro corazón se rompe en incontables pedacitos de frustración al perder para siempre a aquella persona tan especial que acariciaba nuestro ser con cada mirada. ¿Qué puede doler más? ¿Saber que jamás podremos volver a verle? ¿Ese montón de palabras que siempre quisimos decir y no pudimos? ¿El hecho de que estemos aquí y ellos no? ¿Cómo pedirle al alma que no llore por tantas ausencias? Quisiéramos estar en paz, sabiendo que quien murió se marchó a un lugar mejor, en donde se encuentra la paz y la armonía que todos buscamos… Pero en lugar de pensar así, estamos aquí sufriendo, pensando en el dolor que sentimos y derramando las lágrimas más amargas que nunca pensamos derramar. ¡Cómo nos gustaría devolver el tiempo y hacer tantas cosas que podrían intimidar la tristeza y pesadez que hay en nuestro corazón! Sabemos que algún día la muerte llegará, sea por el inefable paso de los años o por los desventurados accidentes y enfermedades que acontecen. Pero nunca estamos preparados para vivir sin aquella persona dueña de nuestra alma, ello es como si te pidieran que empezaras a morir en vida. No hay palabras ni consuelos que alcancen a darle luz a las oscuridades que te envuelven. Los comentarios de quienes escuchas se vuelven tan superfluos, tan monótonos y faltos de sentido: qué no entienden que el dolor de la partida de un ser querido no es un hecho fácil de asimilar Y llega aquella palabra que quisieras que no existiera: La resignación. Y aunque no queramos, debemos empezar a resignarnos y a cargar con las responsabilidades de lo que hicimos o dejamos de hacer. ¿Pero saben una cosa? Hay algo de verdad entre tantas palabras que escuchas: La persona que murió no quisiera que sufriéramos a causa de su partida. Ése ser nos amaba y el amor no es sufrimiento ¿acaso existe alguien que quiera ver sufrir a las personas que ama? Mi querido Mati, llévate un fuerte abrazo en tu viaje de partida. Algún día nos volveremos a ver… Dios mediante.

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