martes, 4 de marzo de 2014

MARZO 4, 2014

FELICITACIÓN ALFREDO RAMÍREZ LEÓN (GTO) POR SU CUMPLEAÑOS, SALUDOS A LUIS DE REGIL SANTANA, ELISA ROBLES DÍAZ, JOSÉ ALBERTO ROMO MACÍAS, LILLY PARRA, OSVALDO HERNÁNDEZ Y AL ING. ARTURO ORTEGA MORÁN. CAPSULA DE LENGUA 273, MAGENTA Y SOLFERINO A mediados del siglo XIX, los avances en la química lograron la aparición de los colorantes artificiales. Las que se pusieron muy contentas con tal logro, fueron las cochinillas de nopal que durante muchos años, y gracias a la tecnología azteca, fueron literalmente hechas polvo para convertirlas en un pigmento que daba a telas y sedas un color grana (en náhuatl: nocheztli que significa ´sangre de tuna´). En el año 1859, el ejército austríaco dominaba la región norte de Italia y, Napoleón III, tomó la misión de liberar este territorio, seguramente con algún interés porque este hombre no “la brincaba sin huarache”. El 4 de junio de ese año, en el pueblo de Magenta, llamado así en honor de Magencio, un emperador romano, se libró una gran batalla y el ejército francés derrotó a los invasores austríacos. Antes de que se repusieran, Napoleón III se fue sobre lo que quedaba del ejército austríaco y apenas 20 días después, el 24 de junio de ese año, volvió a enfrentarlos en el pueblo Solferino (que significa Sol feroz) y les propinó la derrota decisiva. Es de anotar que, fue tan sangrienta esta batalla de Solferino, que ahí mismo Henri Dunant, impactado por tal carnicería, vio necesario que existiera una organización de asistencia a los heridos, idea que se concretó cuando al poco tiempo se fundó a la Cruz Roja Internacional. Mientras la sangre teñía de rojo a los campos italianos, en Francia los químicos lograban teñir telas por primera vez con colorantes artificiales; eufóricos por el descubrimiento y también por las batallas recién ganadas, decidieron guardar en el nombre de dos colores, la memoria de las hazañas de su heroico ejército. Nacieron así, de la misma circunstancia, los purpúreos colores magenta y solferino. Hasta ya bien entrado el siglo XX, el solferino se convirtió en uno de los colores de moda. En los almacenes no podían faltar las telas de este color; en México, por el color de su emblema, se les llamó “solferinos” a los militantes del Partido Popular Socialista, partido ya desaparecido. Mientras tanto, del magenta poco se hablaba. Hoy las cosas se han invertido, el solferino está casi olvidado y sólo algunas abuelas aún se acuerdan de él. En contraste, el magenta floreció cuando se convirtió en un color básico en los modernos sistemas de impresión. Las vueltas que dio la vida…

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