lunes, 23 de junio de 2014

JUNIO 23, 2014

HUGO ALMEDA (TORREÓN), CARLOS CRUZ (MONT), JULIÁN PARRA IBARRA, OMAR MARTÍNEZ, PEPE BÁEZ, HEIDY JUÁREZ MACHADO Y A MENNY VILLA Y A CARLOS SANDOVAL MARTINEZ. ACORDES MUSICALES El uso de la música como vía terapéutica es tan antiguo como el hombre mismo. Ya en los papiros médicos egipcios del año 1500 A.C. hay evidencias de su valor para resolver asuntos relacionados con la fertilidad femenina. Pero fueron los griegos quienes consideraron la música con criterio científico, al utilizarla como agente terapéutico. De hecho Pitágoras, filósofo griego, recomendaba cantar y tocar algún instrumento musical a diario para extraer del organismo emociones nocivas como el miedo, la ansiedad y la rabia. El sonado Efecto Mozart A comienzos de los '90 un estudio efectuado en la Universidad de California, EEUU, sacó a la luz la teoría conocida como Efecto Mozart: 36 estudiantes escucharon la Sonata para dos pianos en Re Mayor de Wolfgang Amadeus Mozart durante 15 minutos; inmediatamente después les sometieron a pruebas para evaluar su razonamiento espacio temporal. Otros dos grupos realizaban idénticas pruebas, con la única diferencia de haber pasado ese mismo tiempo escuchando cintas de relajación unos y en absoluto silencio otros. Curiosamente, las puntuaciones resultaron ser de ocho a nueve puntos superiores después de escuchar a Mozart, frente al resto de las situaciones. Medicina recuperativa Hacia finales del siglo XIX se desarrolló un método para el aprendizaje y experimentación de la música a través del movimiento. Sostenía que el organismo humano es susceptible de ser educado eficazmente conforme al impulso de la música; de esta manera se convirtió en el precursor de la musicoterapia como alternativa médica para el tratamiento de diversas enfermedades. La musicoterapia se sitúa dentro del campo de la medicina recuperativa y está indicada para el estrés, problemas de socialización, además de trastornos físicos, mentales y emocionales y sirve como un regulador de los estados de ánimos. Busque su melodía Según cada problema de salud, existen piezas clásicas terapéuticas: Insomnio: Nocturnos de Chopin, Preludio para la siesta de un Fauno, Debussy Hipertensión: Las cuatro estaciones, Vivaldi, Serenata No. 13 en Sol Mayor, Mozart. Depresión: Concierto para piano No. 3, Rachmaninov. Música acuática, Haendel. Concierto para violín, Beethoven, Sinfonía n 8, Dvorak. Ansiedad: Concierto de Aranjuez, Rodrigo. Las cuatro estaciones, Vivaldi. La sinfonía Linz, k425, Mozart. Dolor de cabeza: Sueño de amor, Listz. Serenata, Schubert. Himno al Sol, Rimsky-Korsakov. Dolor de estómago: Música para la Mesa, Telemann. Concierto de Arpa, Haendel. Concierto de oboe, Vivaldi. Energéticas: La suite Karelia, Sibelius. Serenata de Cuerdas (op. 48), Tschaikovsky. Obertura de Guillermo Tell, Rossini. Decía Sir Thomas Beecham (músico director inglés: 1879-1961) “Si yo fuera un dictador, obligaría a cada persona, entre los 4 y 80 años de edad, a escuchar a Mozart durante un mínimo de 15 minutos al día al menos durante cinco años.” Decía Franz Liszt (pianista y compositor austríaco de origen húngaro (1811-1886 “La música es el corazón de la vida. Por ella habla el amor, sin ella no hay bien posible y con ella todo es hermoso”

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