martes, 25 de noviembre de 2014

NOVIEMBRE 25, 2014

En castellano, que diferencia entre ser y estar, decimos estoy contento y no decimos soy contento, sino soy feliz. Estar contento es una manera de estar, mientras ser feliz es una forma de ser. La persona feliz no siempre está contenta, en todas las vidas se viven acontecimientos trágicos y cuando éstos llegan el estado de ánimo de la persona feliz será de profunda tristeza, acorde con la situación vital que atraviesa. La felicidad no es por lo tanto un estado continuo de alegría. Y si quisiéramos definir así la felicidad, habría entonces que concluir que la felicidad no existe, porque en la vida la alegría se entrevera con la tristeza, porque vivir es un ejercicio de gozo y dolor. No podemos pretender vivir en un estado continuo de alegría y, sin embargo, algunos se empeñan en ello y convierten ese empeño en una especie de quimera neurotizante. Lo que no puede ser no puede ser y además es imposible. Ese estado de ingravidez en el que todo es brillante como pompas de jabón, es, como éstas, efímero. Abderramán III, el primer califa de Córdoba, fue epiléptico. Es propio de esta enfermedad tener como rasgo caracterológico la meticulosidad. Por eso el califa cordobés anotó en su testamento: "He reinado más de 50 años, en victoria o paz. Amado por mis súbditos, temido por mis enemigos y respetado por mis aliados. Riquezas y honores, poder y placeres, aguardaron mi llamada para acudir de inmediato. No existe terrena bendición que me haya sido esquiva. En esta situación he anotado diligentemente los días de pura y auténtica felicidad que he disfrutado: suman 14". Y si Abderramán en la Córdoba del siglo X, donde reinaba la concordia y la paz, donde la cultura brillaba como en ningún otro lugar, donde siendo el califa tenía todos los bienes y placeres imaginables, en una vida larga de más de 70 años, sólo tuvo 14 días de absoluta y completa felicidad, a nosotros nos va a resultar muy difícil batir el récord. Afortunadamente, la felicidad es otra cosa no tan imposible de conseguir como mantenernos en un estado de absoluta y completa alegría. B. Peral

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