lunes, 13 de abril de 2015

ABRIL 13, 2015

CAPSULA DE LENGUA: PANICO INGRID FLORES (MEXICALI), ROBERTO CRUZ VICTORIA, DIANA WESTRUP (CANCUN), Y A ARTURO ORTEGA MORAN Dicen que para una madre no hay hijo feo, pero no fue así cuando, según la mitología griega nació Pan, un semidiós hijo de Hermes. Al verlo, la madre horrorizada pidió que lo quitaran de su vista; y no era para menos, el pobre semidiós nació con sus extremidades inferiores en forma de macho cabrío y el resto del cuerpo con apariencia de hombre. En la cabeza tenía dos cuernos, su cara era arrugada, con una barbilla prominente y con todo el cuerpo cubierto por una espesa capa de pelo. Resignado, Hermes lo envolvió en una piel de liebre y lo llevó al Olimpo en donde los otros dioses, con menos prejuicios y a pesar de su fealdad, no le hicieron el feo y lo llamaron Pan, que en griego significa “todo o de todos”, quizá como un signo de simpatía. Ya crecidito, el muchacho salió muy querendón y se la pasaba en los bosques persiguiendo a las ninfas que se atravesaban en su camino. En sus ratos libres, le gustaba tocar la sirimba, un tipo de flauta; y como huella de aquella afición, hoy existe un instrumento al que conocemos como “Flauta de Pan”, y ahora sabemos que no es porque esté hecho de harina. Se convirtió en una divinidad silvestre reconocido por su mal genio y era respetado y temido por campesinos y pastores. Cualquier evento inquietante que sucedía en los bosques, era atribuido a este semidiós y por esa razón, surgió en griego la expresión deima panikón que significa ´miedo causado por Pan’, que se abrevió en la palabra griega panikós y que, tras pasar por el latín panicus, formó el castellano pánico, que conservó el concepto de “miedo intenso” aunque ya no precisamente provocado por Pan. Esta historia nos muestra, que si la naturaleza nos hizo feos, siempre hay la esperanza de trascender al grado de convertir nuestro nombre en palabra. Y usted amigo, le gustaría dejar huella en esta vida por trabajar por un país…… o por feo en todos los aspectos. Frases maravillosas: Era una mujer maravillosa de verdad...Y en aquel preciso instante se le ocurrió pensar que iba a morir. Ernest Hemingwa Podremos tener juntos una relación maravillosa cuando yo la tenga conmigo y tú la tengas contigo. Spencer Johnson

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